Cuando Daymara entra a una nave de cultivos, enseguida identifica ante qué especies se encuentra, sabe si hay algún virus atacando las plantas, aunque su rastro sea imperceptible para los otros. Ella camina con la asombrosa agilidad que le permiten sus piernas y sus muletas, salta por encima de los canteros, examina cada hoja con suavidad como si las acariciara. Se le ve enamorada de la vida, de la ciencia, de la agronomía y sus diversos caminos.
Daymara Rodríguez Alfonso se crio en el campo. Recuerda su niñez en San José de Las Lajas haciendo manualidades. Cuando creció, se apasionó por la Biología, pero en aquel entonces tenía unos amigos agrónomos que la enamoraron con los cuentos de la carrera. Realizó sus estudios en la Universidad Agraria de La Habana y se quedó impartiendo clases como parte de un prestigioso claustro por más de veinte años.
Gran parte de su vida la ha dedicado al estudio, la superación y la formación de nuevas generaciones. Desde sus inicios en el mundo de la ciencia de ha dedicado al estudio del cultivo de la piña y es hoy una de las especialistas más reconocidas en este campo. Su nombre figura entre las grandes mujeres de la ciencia cubana. A pesar de haber recibido una docena de premios por sus investigaciones, ella se sorprende con cada reconocimiento, pues su mayor meta siempre fue que su hija estuviera orgullosa de ella.
Su carrera como científica y sus logros profesionales han sido posibles gracias al apoyo de su familia y amigos, en especial de la Dra. C. Miriam Isidrón a quien le debe gran parte de su formación, pero sobre todo gracias a su fiera voluntad de crecerse ante las adversidades. Daymara tiene muchos premios, pero también una vida llena de desafíos. Logró terminar sus estudios luego de tener a su hija a los 18 años. Hoy es abuela de un hermoso niño y además tiene la dicha de que su hija es también agrónoma.
Ella ha logrado vencer obstáculos de todo tipo. Se recuperó de dos operaciones de rodilla, venció una fuerte batalla contra el cáncer y el efecto de las radiaciones. Como secuela de la enfermedad le quedó un daño en una cadera y una sola cuerda vocal, pero esa limitación tampoco fue impedimento para seguir impartiendo clases y continuar haciendo ciencia.
Hoy está retirada de la docencia, pero en su labor como asistente técnica de proyectos en la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo sigue aportando cada día a la formación de productores y productoras, ofreciendo sus conocimientos en función de un futuro sostenible. Este nuevo trabajo ha representado un cambio en su vida. En La Agencia encuentra un espacio para seguir ofreciendo su experiencia profesional y ponerla en función de los demás, sobre todo de las productoras. Desde su rol dentro de la cooperación ella mantiene el compromiso con su profesión, inspirando con su ejemplo a muchas mujeres.
«Al principio, cuando la gente me veía llegar al campo manejando el todoterreno de la AICS, la primera reacción era la de apoyarme en todo lo que me hiciera falta. Me ofrecían recoger mis muletas, sin poder ocultar la sorpresa en sus ojos. No entendían cómo una mujer, y más aún con limitaciones físicas, podía hacer todo lo que hago. Hoy, que me conocen, saben que no me pongo límites, porque con voluntad todo se puede alcanzar».
Daymara cuenta que, con el tiempo, la expresión de sorpresa se ha transformado en admiración, y que su actitud ha inspirado a muchas mujeres del campo, quienes a menudo se sienten invisibilizadas en un entorno dominado por los hombres.
«Siento que mi ejemplo ha motivado a muchas productoras a transformar sus vidas, a seguir luchando a pesar de las dificultades que enfrenta el país, exacerbadas por la desigualdad en la agricultura».
![]()
![]()
Según ella, ninguna limitación física puede afectar la confianza y la determinación. Las limitaciones, afirma, son impuestas por la sociedad, que pone barreras a las mujeres y a las personas con discapacidades físicas. Esto puede afectar significativamente la calidad de vida, pero si las mujeres creen en sí mismas, cambian su perspectiva y actitud, y continúan luchando por sus derechos y oportunidades, pueden superar cualquier obstáculo y desafío.
Esta historia forma parte de la campaña “Con ellas, por la igualdad”, promovida por AICS La Habana en al marco de las acciones para el Día Internacional de la Mujer.
Síguenos en las redes sociales y comparte estas historias inspiradoras.