Estamos viviendo un momento histórico único, un momento difícil que ha provocado una crisis internacional de consecuencias impredecibles. La pandemia mundial, que afecta a toda la humanidad en todos los aspectos, no conoce fronteras y no hace distinción entre naciones, religiones o niveles de bienestar. Asimismo, para ser eficaz, la respuesta no debe conocer límites. En este difícil momento, los imperativos de una respuesta multilateral e inclusiva son la humanidad, la cooperación y la solidaridad. El virus no conoce fronteras; todo el mundo, en cualquier lugar del planeta, debe participar en la lucha contra esta nueva amenaza.
Son muchas las iniciativas realizadas por diversos gobiernos que, con espíritu de solidaridad y cooperación, contribuyen a mitigar los efectos del virus y a limitar sus consecuencias en los países más afectados, así como a colaborar en la búsqueda de una vacuna. Cuba ha enviado 23 brigadas médicas a 22 países, varios estados han enviado suministros médicos a otros más en necesidad y, bajo el liderazgo de la Comisión Europea, se han asignado más de 8.000 millones de dólares para la respuesta mundial al coronavirus. El espíritu de solidaridad ha surgido no sólo en las iniciativas a nivel estatal, sino que los ciudadanos de todo el mundo han demostrado de diversas maneras su humanidad y responsabilidad social.
COVID19 es una prueba única que debe ser abordada a nivel mundial: a la solidaridad mostrada en el ámbito de la salud debe seguir una solidaridad económica, social y ambiental que se centre en los grupos más vulnerables y no deje a nadie atrás.
En este sentido, ¿qué puede hacer la sede de AICS de la Habana y qué está haciendo? La pandemia ha destacado la estrecha relación entre la salud humana, el medio ambiente y la economía. Las iniciativas en nuestras tres áreas prioritarias de acción tienen por objetivo dar una respuesta integral para abordar las causas profundas de la fragilidad y la vulnerabilidad que han surgido como resultado de las restricciones a la circulación de personas y al comercio. En particular, las limitaciones han tenido un efecto devastador en el acceso a los alimentos, especialmente en los grupos más vulnerables, lo que evidencia la fragilidad de un sistema alimentario globalizado. Al promover el desarrollo territorial y los sistemas agroalimentarios sostenibles, orientamos nuestras acciones hacia el incremento de la resistencia y la seguridad alimentaria, el fortalecimiento de la participación de las mujeres y los jóvenes, el fomento de la autogestión de los territorios y la producción y comercialización locales, respetando el medio ambiente y la naturaleza. Nos centramos en el potencial de la economía local y la solidaria, utilizando técnicas sostenibles, promoviendo la gestión inclusiva con un enfoque en la sostenibilidad. Ante la situación provocada por el coronovirus, continuaremos y reforzaremos nuestras actividades en este sentido.
En la lucha contra el coronovirus, tenemos una opción que creemos que es eficaz para superar la pandemia: cooperación y solidaridad. El nuestro es un destino común y sólo ganaremos si permanecemos unidos.
La solidaridad salva vidas: nuestro mensaje, nuestra esperanza, nuestro compromiso.
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